Destrozado por el fracaso definitivo de su experiencia de encuentro de la "chica de su vida" abandona el trabajo bajo la excusa de que está harto de escribir tarjetas de felicitaciones -para lo que tiene una partuclar habilidad - pues considera que es todo una farsa, que la gente debe volcar en tarjeta en blanco lo que realmente siente y exprese al destinatario, con sus palabras, lo que por ella siente.
En busca de trabajo concurre a un estudio de arquitecto ante un llamado que hace el estudio y en la espera coincide con otra arquitecta de su edad que también aspiira al mismo cargo; durante la espera elaboran una relación de ocasión que los lleva a elaborar una cita a la salida de la extrevista.
El guión induce a pensar que este muchacho concretará con ella , mujer muy bonita por cierto, una relación estable de largo aliento....
Las cosas del amor no pasan por la razón, por la búsqueda racional de él...surge simplemente
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